Los delitos aumentan un 25% en tres años en Barcelona

Imagen de agentes de Mossos y de Guardia Urbana en una operación antidroga.
Imagen de agentes de Mossos y de Guardia Urbana en una operación antidroga.
ACN
Imagen de agentes de Mossos y de Guardia Urbana en una operación antidroga.

Ni el acceso a la vivienda ni el paro. La inseguridad se ha acabado convirtiendo en la mayor preocupación de los barceloneses durante los últimos meses, como así lo recogió el último barómetro municipal publicado en enero. Una inquietud que se justifica por el exponencial crecimiento de la criminalidad en Barcelona, donde los delitos se han disparado un 25% entre 2016 y 2018.

El peor año de todos, precisamente, ha sido 2018, que concluyó con 194.212 infracciones penales, un 17,2% más que 2017, según datos del Ministerio del Interior. Estos números han coronado tres años de continuo aumento de la criminalidad: si 2016 finalizó con 153.056 delitos y faltas contabilizadas, en 2017 ascendió hasta las 165.663, un 8,2% más. 2015 había terminado con 153.346 infracciones penales.

Los datos, por lo tanto, dan la razón a los vecinos de la capital catalana, que durante estos meses han salido a la calle en diversas ocasiones para protestar contra la falta de seguridad.

El aumento de la delincuencia y el incivismo en Barcelona han dejado imágenes de gran impacto, como peleas a machetazos y palos en pleno centro de Barcelona. Este clima de inseguridad se ha visto agravado por la indolencia del Gobierno municipal que encabeza Ada Colau con ciertos colectivos. Por ejemplo, con los "okupas", con quienes se ha mostrado ampliamente permisiva.

O también con los manteros, a los que ha regado de facilidades para que campen a sus anchas: la cooperativa -Diomcoop- recibió el año pasado 100.000 euros más de lo presupuestado -un total de 317.000 euros- en subvenciones y la Guardia Urbana ha llegado incluso a denunciar que la alcaldesa avisa a los manteros antes de las operaciones policiales.

Los robos han acaparado la mayor parte del incremento de la criminalidad: en estos tres años han aumentado un 27%, pasando de los 106.068 de 2016 a los 135.513 de 2018 -en 2017, se contabilizaron 116.205-. En este apartado, los hurtos (robos sin violencia) son el ilícito penal más destacado -el año pasado alcanzó los 109.154 cuando en 2016 acabó en 85.101-.

En términos porcentuales, los robos con violencia e intimidación han experimentado también un amplio incremento. El año pasado concluyó con 12.277 delitos de este tipo, aumentando un 19,4% con respecto a 2017 (2016 acabó en 9.650). Asimismo, los robos con fuerza en domicilios o establecimientos también se han incrementado un 20% en 2018 con respecto al año anterior, hasta alcanzar los 12.277 casos -en 2016 estaba en 7.790-.

El aumento de la violencia también queda recogido estadísticamente con otros tipos de delitos. Las violaciones, por ejemplo, han crecido más de un 15%, pasando de los 116 casos en 2016 a los 136 en 2018 -en total, los delitos contra la libertad sexual (incluye abusos o acoso) han alcanzado los 764 casos en 2018, un 18,% más que en 2017-.

Los homicidios y asesinatos consumados, en cambio, se han reducido en estos tres años -2018 cerró con 10 casos-, aunque han crecido en grado de tentativa un 15%.

A las puertas de las elecciones, la inseguridad, hasta el momento, ya le ha costado a Colau una nueva reprobación en enero -fue la cuarta de las ocho que acumula ya en todo su mandato-. Sus medidas para atajar la mala tendencia se han limitado a dotar de más recursos a la Guardia Urbana para incrementar las horas extras.

Los delitos crecen ocho veces más en Barcelona que en Madrid en 2018

Ni Madrid, por volumen la única ciudad equiparable a Barcelona en toda España, ha experimentado un incremento tan abultado de la criminalidad en 2018 en términos absolutos.

En la capital de España, las infracciones penales tan solo crecieron un 2% en 2018 con respecto a 2017, muy lejos del 17,2% que ha aumentado en Barcelona. En términos absolutos, bien es cierto que Madrid sigue todavía por delante: cerró con 240.138 faltas y delitos, mientras que Barcelona concluyó con 194.212, según datos del Ministerio del Interior -no obstante, cabe destacar que Madrid (3.200.000 habitantes) dobla en población a Barcelona (1.600.000)-.

En comparación con el resto de grandes capitales de provincia españolas, ninguna se acerca a la tendencia que ha experimentado Barcelona. Bilbao (10,4%), Zaragoza (8,8%) y Mallorca (7.4%) son las ciudades que mayor repunte de la criminalidad han sufrido en relación al año anterior, aunque lejos de los guarismos registrados en Barcelona.

En términos absolutos, Sevilla, cuarta ciudad de España más importante por habitantes, es la capital en la que más infracciones penales se han producido, con hasta 82.248, aunque han supuesto un retroceso del 1,4% con respecto al 2017. Finalmente, Valencia, la tercera ciudad por población (790.000 habitantes), cerró 2018 con 47.064 ilícitos penales, un 4,8% más que el año anterior, mientras que Murcia acabó con 18.936, igual que en 2017

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